¿Qué es la tortícolis congénita?
Es una afección que se presenta al nacer y se caracteriza por una inclinación y rotación anormal de la cabeza debido a una contractura del músculo esternocleidomastoideo, que es el músculo que va desde la clavícula y el esternón hasta la base del cráneo.
Esta condición puede ser evidente desde el nacimiento o desarrollarse durante las primeras semanas de vida.
Características
- Inclinación de la cabeza: El bebé presenta la cabeza inclinada hacia un lado y la barbilla rota hacia el lado opuesto.
- Asimetría facial: Con el tiempo, puede desarrollarse asimetría facial y craneal debido a la presión constante en un lado de la cabeza.
- Limitación de movimiento: Hay una restricción en el rango de movimiento del cuello, lo que dificulta girar la cabeza hacia un lado.
- Nódulo palpable: A menudo, se puede palpar un nódulo firme en el músculo esternocleidomastoideo afectado.
Tipos de tortícolis congénita
- Tortícolis muscular congénita: Es el tipo más común y se debe a una contractura del músculo esternocleidomastoideo.
- Tortícolis posicional: Resulta de la posición del bebé en el útero o después del nacimiento, debido a la preferencia de mantener la cabeza en una posición determinada.
- Tortícolis ósea: Menos común, este tipo se debe a anomalías en las vértebras cervicales.
Causas de la tortícolis congénita
Las causas de esta afección no siempre son claras, pero varios factores pueden contribuir a su desarrollo:
- Posición fetal: Una posición anormal del feto en el útero puede ejercer presión sobre el músculo del cuello.
- Trauma durante el parto: Un parto difícil o asistido con fórceps puede causar daño al músculo del cuello.
- Compresión intrauterina: La falta de espacio en el útero puede limitar el movimiento del cuello del feto.
- Anomalías en el desarrollo muscular: Algunas veces, el músculo esternocleidomastoideo puede desarrollarse de manera anormal.
Síntomas de la Tortícolis congénita
- Inclinación y rotación anormal de la cabeza.
- Dificultad para mover la cabeza.
- Preferencia por mirar en una dirección.
- Asimetría en la cara y el cráneo.
Diagnóstico de la tortícolis congénita
Se realiza mediante una evaluación clínica exhaustiva por parte del fisioterapeuta especializado. Durante esta evaluación, se observan los síntomas presentes y se realizan pruebas específicas para determinar la causa subyacente de la condición.
- El fisioterapeuta examina la movilidad del cuello y la postura del paciente para identificar posibles restricciones en la rotación y flexión del cuello.
- Se pueden realizar pruebas de resistencia muscular para evaluar la fuerza de los músculos del cuello y la presencia de contracturas.
- Además, se pueden solicitar pruebas de imagen, como radiografías o resonancias magnéticas, para descartar otras causas subyacentes de la tortícolis congénita, como anomalías óseas o lesiones.
Prevención de la tortícolis congénita
Aunque no siempre es posible prevenirla, ciertos hábitos pueden reducir el riesgo:
- Evitar posiciones prolongadas: Cambiar la posición del bebé con frecuencia.
- Estimulación adecuada: Usar juguetes y estímulos visuales para animar al bebé a girar la cabeza hacia ambos lados.
- Control prenatal: Un control prenatal adecuado puede ayudar a detectar y manejar factores de riesgo.
¿Cuándo contactar a un profesional médico?
- Inclinación persistente de la cabeza.
- Dificultad para mover el cuello.
- Asimetría facial o craneal.
- Falta de mejora con ejercicios caseros.
¿Donde podemos tratar la tortícolis congénita?
- Centros de Rehabilitación Infantil: Ofrecen fisioterapia, terapia ocupacional y apoyo médico.
- Hospitales y Clínicas Pediátricas: Proporcionan acceso a especialistas en fisioterapia y tratamientos avanzados.
- Centros de fisioterapia: Ofrecen terapias y ejercicios de fisioterapia que pueden ayudar a mejorar la movilidad del cuello y a mejorar la calidad de vida del paciente.
- En casa a domicilio: Los padres pueden realizar una variedad de ejercicios y actividades en casa para complementar el tratamiento.
Ejercicios que se pueden realizar en casa
- Ejercicios de estiramiento: Realizar estiramientos diarios para mantener la flexibilidad.
- Ejercicios de fortalecimiento: Utilizar juguetes y estímulos visuales para animar al bebé a mover la cabeza.
- Aplicación de calor/frío: Usar compresas calientes o frías para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Conclusión
El tratamiento fisioterapéutico para la tortícolis congénita es esencial para mejorar la calidad de vida de los bebés afectados. A través de ejercicios, técnicas terapéuticas y el apoyo de profesionales, los bebés pueden recuperar la movilidad y prevenir complicaciones.
Aunque esta afección puede ser desafiante, con un tratamiento adecuado y temprano, los resultados pueden ser muy positivos.
En GRUPO AMLA contamos con profesionales para la correcta atención en nuestros locales y en el servicio a domicilio.